Por un feminismo con capacidad de transformar el mundo

Quizás la lectora haya oído alguna vez, que fue lo ocurrido en Nueva York, un 8 de marzo del año 1908, en la fábrica Cotton, lo que motivó que el Día Internacional de la Mujer se celebre en tal fecha. Se dice que ese día la ocupación de la fábrica textil por parte de las trabajadoras acabó en la muerte de más de un centenar de ellas; abrasadas por un incendio provocado por el mismo dueño. Esta historia —en sus diferentes versiones—se ha demostrado un mito. El incendio no fue premeditado ni ocurrió un día 8. Pero sí es cierto que el 25 de marzo de 1911 la fábrica textil The Triangle Shirtwaist Company ardió y que la mayoría de las fallecidas fueron jóvenes mujeres migrantes de Italia y este de Europa, y es también un hecho constable, que ellas habían liderado en 1910 la más importante huelga de mujeres obreras hasta la fecha: la Huelga de las Camiseras o El Levantamiento de las 20.000[1].

El 23 de febrero de 1917 (del calendario juliano) las mujeres de San Petersburgo lideraron el levantamiento que desembocaría en la Revolución de Octubre. Mientras los hombres combatían en el frente, las obreras se amotinaron para protestar por la falta de alimentos y reclamaron “Pan y Arenques”. En nuestro calendario gregoriano ese 23 de febrero se corresponde con un 8 de marzo[2].

Los ejercicios de memoria histórica son una buena vacuna contra un capitalismo que sabe adaptarse para instrumentalizar a su favor cualquier voz contestataria. Hablamos del capitalismo verde para denunciar la apropiación del discurso ecologista por parte de las grandes empresas contaminantes y de un capitalismo rosa para señalar cómo cada 6 de julio se saca rédito de la estética LGBT a través de acciones publicitarias que estampan en toda suerte de productos una bandera arcoíris despolitizada. 

Tampoco el feminismo escapa a la astucia del sistema cuando se acerca el 8M, cabe recordarlo. Al fin y al cabo, Barbie fue la película más taquillera del pasado año. “Barbie: el spot más largo de la Historia”, sentenciaba la crítica de Iván Reguera[3]. Y justificaba su titular aportando algunas cifras: se invirtieron 150 millones de dólares en la promoción de una película que había costado 100. La campaña cumplió con su prometido y las salas de cine se llenaron de gente vestida para la ocasión: con las prendas “teñidas de rosa, dorado y purpurina” que Zara y otras marcas se apremiaron a lanzar en un perfecto ejercicio de simbiosis capitalista[4]. Mattel, el fabricante de las muñecas, aumentó notablemente sus ventas en 2023[5]Barbie The Movie es apenas un intento de expiación. La película asume la crítica generada en torno a la presión estética de la que la marca ha sido cómplice —con su proyección de un físico irreal y siempre blanco— y le encarga al personaje de la América Ferrera, Gloria, encarnar la diversidad inclusiva.

Por su parte, ahora Mattel nos ofrece una gama de 35 tonos de piel en sus muñecas. ¿Qué os gusta el feminismo antirracista? Pues ya está a la venta en las tiendas virtuales y físicas Barbie Ida B. Wells como parte de la colección “Mujeres que Inspiran”. Podéis adquirirla en amazon.es y añadir a la cesta, por ejemplo, una Barbie Dra. Jane Goodall o una Barbie Frida Kahlo. No sabemos qué diría hoy la activista afroamericana Ida B. Wells de saberse convertida en un objeto de consumo producido en serie. Como periodista e hija de esclavos quizás habría contestado con un reportaje sobre las condiciones de explotación que sufren las mujeres asiáticas que trabajan para Mattel.

Pese a ser latina, el personaje de Gloria no sufre los obstáculos que enfrentan las mujeres inmigrantes que (con toda probabilidad) friegan los suelos pegajosos de la Warner, sino que replica el discurso liberal de las ejecutivas que rompen los techos de cristal de la compañía. Por cierto, ¿quién limpia y cuida en Barbieland? El feminismo de Barbie es el feminismo liberal de Ana Botín[6]. Ella dijo que “siempre había sido feminista a su manera”. La suya, es la de un feminismo individualista y (no tan) meritocrático; es más fácil cuando heredas un banco. Es un feminismo que aboga por un sistema de igualdad de oportunidades, pero que no te cuenta que solo una minoría de mujeres logrará ascender, colándose por las grietas de un sistema que se sostiene sobre sectores feminizados altamente precarizados. Botín seguramente compartirá con las kellys la defensa de un mundo libre de violencias sexuales, pero no les tenderá la mano cuando reivindiquen condiciones laborales dignas.

Las teóricas feministas recurren al término interseccionalidad para explicarnos que las distintas formas de opresión (de clase, de «raza», de género…) están siempre interconectadas[7]. Por ello, recogiendo las palabras de Nancy Fraser: “un feminismo capaz de liberarnos a todas debe ser anticapitalista” y estar conectado a los movimientos antirracistas, LGBTQ+, ecologistas[8] y hoy, más que nunca, antimilitaristas.

El patriarcado no es producto del capitalismo, pero lo refuerza. Como se grita en las manifestaciones “patriarcado y capital: alianza criminal”. Había guerras antes del capitalismo, pero la guerra es un elemento consustancial al capitalismo y a la lógica de la acumulación y el extractivismo. Deberemos apostar por el ecopacifismo-feminismo sorteando los esencialismos. Esto es, las mujeres no somos pacíficas por naturaleza. Ni nuestra capacidad para crear vida nos separa de un carácter violento y agresivo al que supuestamente estarían condenados los hombres solo por el hecho de serlo. Jeanine Áñez dio un golpe de estado en Bolivia, biblia en mano. Las soldadas israelíes asesinan a las mujeres y niñas palestinas. Y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen empuja a las europeas a una nueva guerra. Las mujeres no somos pacifistas, pero las mujeres y hombres feministas sí. Es una elección política, no un designio biológico. Y si El País anuncia en portada que “Europa se prepara para un escenario de Guerra” nosotras responderemos, como lo hicieran las socialistas durante la Primera Guerra Mundial — Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, etc.:

“Guerra a la Guerra”[9].

El feminismo presenta la posibilidad de un mundo alternativo. Frente a la crisis ecológica producto del capitalismo, que afecta desproporcionadamente a las mujeres del Sur Global: modelos socioeconómicos alternativos. Frente a los valores patriarcales de dominio y violencia, sobre los que se sustenta la idea de nación, el feminismo propone solidaridad e igualdad. La ideología feminista/LGBTIQ+ es el principal enemigo de la ultraderecha, y por eso contratacan con virulencia ¿Por qué si no una Ley Trans, que afecta a un porcentaje ínfimo de la población de España, ocuparía las tertulias de los principales medios? Por la misma razón por la que el Tribunal Supremo de EE. UU., Milei, Bolsonaro y Meloni atacan la salud reproductiva de las mujeres a través de la prohibición del aborto.

 Por un feminismo con capacidad para transformar el mundo, nos vemos el 8M en las calles.


[1]y[2] Álvarez, Ana Isabel.1999. Los Orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945. Oviedo: KRK Ediciones

[3] Reguera, Iván. «Barbie: el spot más largo de la historia». Diario Red, 2 de marzo de 2024. https://diariored.canalred.tv/cultura/barbie-el-spot-mas-largo-de-la-historia/

[4] “Nuevo lanzamiento de la colección primavera-verano». Zara, 2 de marzo de 2024. https://www.zara.com/integration/pressapi/microsite/news/?countryiso=VE&languageiso=es&detailid=64b4e33082df161e9ba82cf5

[5]Mattel Reports Third Quarter 2023 Financial. 2 de marzo de 2024. Results.https://s201.q4cdn.com/696436908/files/doc_financials/2023/q3/Mattel-Reports-Third-Quarter-2023-Financial-Results.pdf

[6]Ana Botín: “Siempre he sido feminista a mi manera”. Ara, 2 de marzo de 2024. https://es.ara.cat/economia/ana-botin-he-sido-feminista-manera_1_4022238.html

[7] Crenshaw, Kimberly. 1991. Mapping the margins: Intersectionality, identity, politics and violence against women of color. Stanford Law Review 43, nº6: 1241-1299. https://blogs.law.columbia.edu/critique1313/files/2020/02/1229039.pdf

[8] “A Feminism Aimed at Liberating All Women Must Be Anti-Capitalist” Jacobin 2 de marzo de 2024. https://jacobin.com/2019/10/nancy-fraser-feminism-anti-capitalist-99-percent-majority

[9] Frencia, Cintia y Daniel Gaido, 2016. El marxismo y la liberación de las mujeres trabajadoras: de la Internacional de Mujeres Socialistas a la Revolución Rusa, Santiago de Chile: Editorial Ariadna https://ariadnaediciones.cl/images/pdf/El-marxismo-y-la-liberacion-de-las-mujeres-trabajadoras.pdf

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