¿A quién respeta nuestro ayuntamiento?

Recordemos las palabras del ‘Saluda’ de la alcaldesa todavía activa en la web del ayuntamiento desde la pasada legislatura.

¡Ah, es verdad! El ayuntamiento no puede actualizar la información que se le pide en cada pleno por falta de tiempo…

¡Ah, perdón! Que ya ha actualizado el enlace al sistema de análisis de aguas y, ¡por fin!, ha enviado la información en materia económica que le reclamaba insistentemente el grupo de Unidas por Siete Aguas desde el principio de la presente legislatura.

Pero no nos andemos por las ramas; ya habrá tiempo de detenernos en ello.

Por ahora hablábamos de recordar las palabras de la alcaldesa:

Semana de carnaval: ¿quería el consistorio participar con esta frase en el ‘concurso de mejor mojiganga 2024’ que proponíamos para celebrarlo?

El pasado lunes el ayuntamiento colgó en su cuenta de Facebook un bonito anuncio en el que se nos invitaba a una charla organizada por la empresa para que nos cuente las excelencias y beneficios que aportará al pueblo la planta fotovoltaica Pampinus.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

La memoria es selectiva, así que no nos vendrá mal leer un recordatorio

¿Qué ha pasado después?

Pues que hubo elecciones y que hubo una mayoría absoluta y que, como toda mayoría absoluta, es fácil caer en el absolutismo.

Puede que se pensara o no en que con ella justificaba una carta blanca para la instalación de la planta fotovoltaica. Tenga que ver o no con ello, se lanzó el anuncio de la visita de la empresa para que nos diera una charla.

Esta charla se suspendió y, tenga o no tenga que ver, por esas fechas terminó el plazo de presentación de alegaciones mencionadas.

Y el caso es que en las últimas alegaciones se solicita la anulación del proceso porque no se habían cumplido los requisitos de información pública y publicidad a los que la ley obliga. Valga el siguiente fragmento del texto de alegaciones:

¿Por qué el recuadro?

Porque el ayuntamiento debió cumplir con el requisito en su momento y también con la obligación de mostrar los documentos que acreditaran haber cumplido con el de información pública.

Pero ¡oh, magia!, ha aparecido insertado este anuncio del que nada se sabía, y ahora la empresa puede realizar la charla con más crédito.

Lo dejaremos aquí por el momento, no sin antes traer algo de carnaval y así no perder el sentido del humor: recordemos un breve fragmento de la película ¡Bienvenido Mr Marshall!

Lo triste es que no hemos avanzado nada desde ese 1953 en que fue rodada. Es como el timo de la estampita, todo el mundo sabe en qué consiste y todo el mundo cae. Te ofrecen un negocio redondo y ya no se lee la letra pequeña. ¿Aún no hemos aprendido que nadie da duros a cuatro pesetas? … aún peor, la persona que engatusa siempre parece angelical.

Deja un comentario